Pasé por el Alligator Rockin de refilón. Es decir, bajando por el Paseo de la Estación, dejando a un lado el paseo de las bicicletas del Parque de la Victoria que de un tiempo a esta parte tiene un nombre diferente. Otras obligaciones me impidieron anclarme para presenciar un festival que tiene algo que me gusta: sacar la música a la calle de forma organizada. Que dicho sea de paso, podía la Universidad Popular recuperar aquellos encuentros que por septiembre se celebraban hace unos años y llenaban de música Jaén, durante una noche, de una punta a otra de la ciudad. Pero ese es otro tema.
Ni la música que se ofrece en el Alligator es la que oigo, ni el ambiente que se vive es el que yo acostumbro, pero de entre toda la propuesta del Festival si había un grupo al que vengo siguiendo y que llegada la ocasión me hubiera sacado de mi casa expresamente para ir a verlos. Hablo de “Los Condensadores de Fluzo”.
Por su estética tan diferente, su cuidada puesta en escena, su directo en los escenarios y sobre todo porque les gusta experimentar y darle vueltas a letras que a priori nada encajan con su música hasta darles su toque y hacer que suenen. Sin perder ni su esencia ni la filosofía de la música que a ellos les llena. Puro talento.
Se atrevieron con el bolero “Aquella tarde”, que en un servidor tantas veces ha oído a “Los Sabandeños”, y consiguieron que encajara perfectamente en su repertorio.
Ahora sin ningún tipo de complejo se han lanzado con el himno de nuestra ciudad. Sí, aquel que con letra de Federico de Mendizábal y música del Maestro Cebrián, a quien más y a quien menos, pone los pelos de punta cuando sus primeros compases arrancan.
Y lo que a lo mejor a algunos les puede parecer una osadía, y a otros algo cutre
– opiniones hay tantas como mentalidades existen- a mí francamente me parece un acierto.
Jaén anda huérfana de gestos así. A veces por cierto temor al que dirán, otras por desapego a la tierra, y sobretodo porque quizás Jaén no sea precisamente un estímulo para casi nada. Nunca lo fue, y ahora con la que está cayendo quizás menos aún.
Pero a ellos se les ha ocurrido, y lo han hecho con gusto. Merecen mi aplauso. Por Youtube su versión ha corrido como la pólvora y no me extrañaría si ahora por San Lucas más de una caseta aprovecha el tirón del himno de los Fluzo para llegado el momento dar un subidón del jaenerismo al personal. A imagen y semejanza de la tradición de “La Castañuela” donde para gozo de propios y sorpresa de extraños al llegar la madrugada sonaba con fuerza el himno del Real Jaén. No me extrañaría que así fuera.
Publicado hoy en el Diario Viva Jaen
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